En años recientes, se han suscitado diversos desafíos geopolíticos, ajustes económicos y transformaciones tecnológicas que han afectado considerablemente al comercio mundial. Para 2025, se espera que se continúe con esta misma línea, aunque se vislumbran también patrones de crecimiento y desaceleración que variarán según las regiones y sectores.
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El comercio mundial marcado por tensiones geopolíticas y económicas
El panorama del comercio mundial en 2025 estará profundamente influenciado por factores geopolíticos y económicos que reconfigurarán las dinámicas comerciales en todo el mundo. Uno de los principales puntos de tensión será la relación entre Estados Unidos y China, especialmente ante el retorno de Donald Trump a la presidencia. Este escenario podría traer consigo un enfoque proteccionista que afecte las cadenas de suministro globales, al tiempo que incrementaría las tarifas y los costos asociados al comercio internacional. Las políticas comerciales de Estados Unidos podrían priorizar el fortalecimiento de su economía doméstica, lo que generaría un impacto significativo en sus socios comerciales, particularmente en México y Canadá, ambos integrantes del T-MEC.
Por otro lado, los conflictos en Oriente Medio continuarán siendo un desafío para el comercio mundial. El aumento de los precios del petróleo y la inestabilidad en rutas comerciales estratégicas como el Estrecho de Ormuz podrían elevar los costos del transporte marítimo, repercutiendo en los precios finales de productos en mercados clave. No obstante, existe la posibilidad de que el conflicto en Ucrania llegue a un acuerdo de paz, lo que brindaría una mayor estabilidad a Europa. Pese a esto, los costos energéticos seguirán siendo una preocupación para países como Alemania, cuya economía enfrenta retos significativos debido a la baja demanda externa de productos manufacturados.
En este contexto, Asia se posicionará como la región con mayor dinamismo, destacándose India con un crecimiento económico estimado en 7.1%. Este país aprovechará la tendencia del nearshoring y su mercado interno en expansión para atraer inversiones y fortalecer su comercio exterior. China, aunque con un crecimiento más moderado del 4.8%, seguirá siendo un actor clave gracias a su influencia en los mercados emergentes y en Asia-Pacífico. En contraste, Europa experimentará un crecimiento mucho más lento, apenas alcanzando un 1.0%, mientras América del Norte mantendrá un ritmo moderado, liderado por Estados Unidos con un crecimiento del 2.3%, el cual se verá impulsado por políticas fiscales expansivas y un entorno favorable para la inversión privada.
Crecimiento económico moderado y el auge de nuevos actores
Aunque se espera que el comercio mundial crezca un 3.0% en 2025, ligeramente por debajo de los niveles proyectados para 2024, este crecimiento será desigual entre las diferentes regiones y dependerá en gran medida de factores locales. América del Norte verá un desempeño estable, con México destacándose como un actor clave en las cadenas de suministro globales gracias a su ubicación estratégica y su creciente participación en la manufactura de exportación. La estrategia de nearshoring beneficiará a países como Vietnam y México, que actuarán como intermediarios en las relaciones comerciales entre Asia, América y Europa.
Por su parte, América Latina enfrenta una oportunidad única para expandir su participación en el comercio internacional, aunque los desafíos, como la falta de infraestructura y la volatilidad política, continúan limitando su potencial. A nivel global, la transición hacia economías más sostenibles será un tema recurrente, con un enfoque especial en la reducción de emisiones en la logística y el transporte de mercancías. Las empresas que inviertan en tecnologías verdes y prácticas comerciales responsables tendrán mayores oportunidades de crecimiento en mercados como Europa, donde las regulaciones ambientales son cada vez más estrictas.
Por otra parte, el comercio digital también desempeñará un papel transformador en los próximos años, lo que permitirá que pequeñas y medianas empresas accedan a mercados internacionales sin las barreras tradicionales. Además, las plataformas tecnológicas facilitarán la automatización de procesos aduaneros y logísticos, mejorando la eficiencia de las operaciones comerciales. En este contexto, la normalización de la inflación y la disminución de las tasas de interés previstas para 2025 podrían estimular la inversión en nuevos mercados y el consumo global, abriendo oportunidades para sectores como el comercio electrónico, la logística internacional y las energías renovables.
En conclusión, el comercio mundial en 2025 será un reflejo de un entorno dinámico y lleno de desafíos, donde factores geopolíticos, económicos y tecnológicos convergerán para dar forma a nuevas oportunidades y riesgos. Con regiones como Asia liderando el crecimiento y una mayor atención a la sostenibilidad y la innovación, el panorama global seguirá evolucionando de manera compleja. Por esta razón, entender estos factores será esencial para que empresas y gobiernos puedan adaptarse y prosperar en un escenario global en constante cambio.
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Fuente: Expansión
