En la actualidad, vivimos en un mundo globalizado donde la demanda de exportaciones e importaciones va en aumento con el pasar de los años. Existen diversos tipos de transportes que permiten que estas actividades se lleven a cabo con mayor facilidad pero las más utilizadas, sin duda, son el transporte marítimo y el aéreo. Para esto, se realiza un pago conocido como flete que permite el servicio de transporte de una mercancía de un punto a otro. El precio de fletes depende de diversos factores.

En el caso de los fletes marítimos, se toman en cuenta algunos aspectos como el costo del transporte terrestre, el ajuste de combustible y los recargos que se les hacen a las navieras por cruzar ciertos canales.

Por otro lado, las aerolíneas aplican otro tipo de recargos a los fletes relacionados con el combustible, la seguridad y dependiendo de si es una carga con mercancía peligrosa o no. 

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Aumento de los precios de fletes .

Desde años anteriores al 2020, podían observarse pequeños picos que indicaban el incremento en los precios de fletes tanto marítimos como aéreos. Esto se debía a la alta demanda que existía en semana previas a grandes festividades, como lo es la Navidad o el ‘Black Friday’. En la actualidad, esos altibajos cada vez son más frecuentes y más prominentes.

A partir del otoño de 2020, los costos comenzaron a elevarse poco a poco pero en los primeros meses de 2021 se observó un incremento de hasta tres veces más en comparación con el año anterior. Estos precios disparados no sólo afectaron a los fletes sino que también han afectado a los costos por los servicios de apoyo y los de almacenamiento de bienes. 

El precio de fletes marítimos provenientes de Asia y que se dirigen a todo el continente americano es el que se ha visto más afectado. El coste promedio de un contenedor en años anteriores era aproximadamente de 2 mil dólares, sin embargo, para noviembre de 2021 el precio había escalado hasta los 14 mil dólares. Se habla entonces de un aumento del 700%.

Al igual que los marítimos, los precios de fletes aéreos también registró un importante aumento en los últimos dos años. Transportar un kilo de mercancía por avión antes tenía un costo de 4 dólares; en diciembre de 2021 ya costaba más de 10 dólares. En las rutas que van de Asia a Europa, el costo por kilo es, al día de hoy, cuatro veces más caro que en 2019. 

¿A qué se debe el aumento de precios?

Uno de los principales motivos que afectó el precio de fletes marítimos y aéreos es la pandemia provocada por el COVID-19. Con la llegada del trabajo en casa, incrementaron las compras en línea, lo que provocó que la demanda de bienes se disparara en la segunda mitad del 2020. Las empresas, entonces, tuvieron que intensificar las producciones de mercancías para poder satisfacer las altísimas demandas. Es por esto que el costo del transporte marítimo aumentó de manera significativa.

Por otra parte, también existió una escasez de contenedores que afectó principalmente a China. Con la situación sanitaria que provocó un paro mundial, muchos de los contenedores quedaron atrapados en los puertos y no han retornado a su punto de origen. Asimismo, el tiempo medio de tránsito en las principales rutas comerciales se incrementaron un 20%, lo que también influye en el aumento en el precio de fletes. 

Lo mismo ocurre con el transporte aéreo que, a pesar de haber observado una ligera baja en los fletes aéreos, continúan presentando altos precios debido a las fuertes demandas de mercancías. En este caso, hubo una importante reducción en los vuelos debido a la pandemia y al aumento en los precios de la gasolina, lo que ha dificultado el traslado de productos.

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¿Cuál es el panorama para los próximos años?

Los costos de transporte no dan señales de descender. Por el contrario, en enero de este año se alcanzó un 83,6% más que en el mismo mes de hace un año. En el caso del sector marítimo, se observa que los costos continúan subiendo cada quince días. 

Es por esto que se evalúa la posibilidad de que en el segundo semestre de este año, se comience a evidenciar una pequeña regulación en el precio de fletes. Si bien lo más probable es que éstos continúen subiendo y alcancen nuevos máximos, se espera que los incrementos no sean de más de tres cifras, una tendencia que se ha observado en los últimos años.

Sin embargo, en un informe publicado por La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) se advirtió que de continuar con los actuales problemas de tráfico y falta de contenedores, para 2023 podremos ver un aumento de más del 11%. De igual manera, se informó que estos costos se mantendrán muy por encima de sus niveles prepandémicos hasta principios de 2024. Todo esto también depende en gran medida de la estabilización de la producción y el retorno de los niveles de demanda previos a 2020. 

Por ahora, el índice de demanda de mercado continúa mostrando aumentos, pues en el pasado mes de abril se tuvo un 3,6% más que en el anterior. No obstante, se espera que exista una desaceleración del 2,4% anual para el 2023.  

¿Qué soluciones se proponen?

Entre las principales medidas que se han tomado para tratar de bajar los precios, es que se han comprado buques de segunda mano para aumentar la capacidad para transportar mercancías. Para 2023, se prevé que entren al mercado más de 5 millones de TEUs que aumentarán la oferta de tonelaje. Si bien esto no resolvería todo el problema, sí que podría suponer que el mercado y los costos tan elevados empiecen a estabilizarse y alivien un poco la crisis por falta de contenedores.

De igual forma, otro de los principales problemas que afectan el aumento de precio de fletes son los largos períodos de espera en los muelles. Esto provoca retrasos en las salidas y, por tanto, en la entrega de paquetes. Para ello, se ha propuesto la implementación de tecnología tanto en barcos como en puertos para organizar de mejor forma la logística y agilizar los procedimientos. 

Finalmente, y con toda la experiencia adquirida con la crisis de los últimos dos años, se espera que las grandes compañías navieras y aerolíneas hayan planificado estrategias para tratar de resolver el problema. Es así como podrán coordinar la capacidad de sus transportes y logren un mejor control de la oferta tan demandante.

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Fuentes: UNCTAD