Una de las etapas más delicadas durante el proceso de exportación es la del traslado de mercancías hacia su destino final, ya que no todos los artículos llegan en buen estado. Es por esto que el apropiado embalaje y empaque es fundamental para guardarlos y protegerlos y así evitar que se dañen o descompongan.
Es importante que los exportadores conozcan cuál es el empaque ideal para cada uno de sus productos y de esta manera, evitar la pérdida de una venta de exportación y, en casos más graves, que la relación comercial con un cliente se vea afectada.
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¿Cuál es la diferencia entre embalaje y empaque?
Si bien ambas son empleadas en el sector del transporte de mercancías y resultan fundamentales para el proceso de exportación, lo cierto es que cada una cuenta con ciertas diferencias. Cabe señalar que el producto es acogido de manera directa por un envase, que también es conocido como el “embalaje primario”, y generalmente también se utiliza para una clara identificación del producto.
El empaque es el encargado de envolver dicho envase, y tiene como objetivo preservar el producto para que éste llegue en perfectas condiciones; además, es una herramienta de promoción, ya que mejora la imagen visual del producto y lo diferencia de mercancías similares de otras marcas. Su enfoque está más orientado a la mercadotecnia, aunque también ayuda a proteger el envase durante el proceso de distribución.
Por otra parte, el embalaje es el encargado de almacenar un conjunto de unidades del mismo producto, con el objetivo de proteger la mercancía de golpes y caídas, así como de cualquier otro posible daño externo. Es el principal factor para garantizar que los productos lleguen sanos y salvos hasta su destino final, además que permite que aquellos encargados de manipular la carga conozcan si es fácil de manipular o requiere de ciertas medidas precautorias.
¿Por qué son importantes para el transporte de mercancías?
Como hemos mencionado, el embalaje y empaque tienen la funcionalidad de conservar la mercancía y protegerla durante los procesos logísticos correspondientes, así como también dar a conocer la marca del producto. Sin embargo, su importancia dentro de la logística va más allá de estos puntos.
En primer lugar, es necesario mencionar que cada mercancía es distinta, por lo que el embalaje permite poder adaptar el producto a las condiciones y características que requiere cada uno, es decir, se podrá saber cuando se trata de artículos que requieren un cuidado especial, que es frágil o si pueden compartir ambiente con otros productos a transportar, por lo que ayuda a que éstos no se dañen por una mala manipulación.
En el caso de materiales y residuos peligrosos, los embalajes deberán presentar un rombo de identificación que, de manera visual y gráfica, identifique a los distintos grupos y clases de este tipo de productos. Con esto, se evitará un mal manejo de los mismos que podría provocar graves daños tanto para los operadores y el transporte en el que viaja como para el medio ambiente.
Adicional a esto, en cada país existen diversas políticas y estándares de embalaje y empaque para el transporte de mercancías, en la que principalmente se regula el tipo de información que deben contener, cómo manejarlo, sobre los parámetros fitosanitarios, entre otros. Conocer las normas de cada región ayudará a que las mercancías ingresen con una mayor facilidad al país al que se envían.
¿Cuál es su clasificación?
Hay distintas maneras de clasificar el embalaje y empaque, pero una de las más importantes es según su función:
- Para contener. Son embalajes que contienen una o varias unidades de producto. Un ejemplo podrían ser las cajas de cartón, los sacos o las bolsas.
- Para proteger. Estos tienen la finalidad de mantener la mercancía a salvo durante toda la cadena logística, evitando golpes, deformaciones o deterioros causados por factores climáticos. Algunos ejemplos son el plástico de burbuja, el film estirable para el embalaje retractilado o las cantoneras.
- Para unir. Permiten agrupar varias unidades de productos para conformar una única unidad de carga y así facilitar su distribución a los siguientes agentes de la cadena de suministro y su manipulación. Los flejes, ya sean de plástico, acero o textiles, son un ejemplo de esto así como también el film para la función de retractilado de productos.
- Para motivar la compra. Otra de las funciones del embalaje es la promoción de las mercancías para motivar la compra. Existen infinitas posibilidades para lograr este objetivo, como crear un empaque específico que resulte atractivo o personalizar los diferentes materiales de embalaje como precintos, plástico, planchas de cartón, etc.
¿Cómo elegir el embalaje y empaque óptimo?
En primer lugar, es necesario que el embalaje tenga el tamaño adecuado para su transporte y esto dependerá de cada mercancía; en caso de utilizarse un embalaje más grande o más pequeño se ponen en riesgo los productos en su interior, ya que éstos podrían romperse o aplastarse con el peso de las demás cajas. Es importante también considerar la utilización de materiales reciclables para minimizar el impacto medioambiental.
Además, la elección del material y del sistema de precintado y flejado es igual de importante, ya que es lo que permite fijar la carga, por lo que se recomienda utilizar maquinaria especializada para hacer un uso más óptimo de la cantidad de cinta o fleje. De igual manera, las etiquetas con los datos de origen y destino deben encontrarse en un lugar visible y con letra legible; de lo contrario, puede que el producto no llegue hasta la dirección correcta.
Como hemos visto, el embalaje y empaque juegan un papel fundamental en la logística porque permite que las mercancías lleguen en perfectas condiciones a su destino, por lo que es indispensable que la calidad de éstos sea excelente.
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Fuentes: Mundi