Durante los últimos meses del 2023, los expertos pronosticaron una disminución en el ritmo de crecimiento en la economía de Latinoamérica a lo largo del 2024, en un contexto global donde potencias como Estados Unidos y China también experimentarán una desaceleración. Este menor ritmo podría traducirse en la disminución de la producción de bienes y servicios, lo que impactará directamente en el empleo, especialmente en una región donde gran parte de la fuerza laboral opera en el mercado informal. La incertidumbre se intensifica en medio de una actividad económica global más lenta, un menor intercambio comercial y las repercusiones de altas tasas de interés, por lo que los pronósticos sobre este aspecto son mayormente pesimistas.
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El crecimiento de la economía en Latinoamérica para 2024
El Banco Mundial ha lanzado recientemente su pronóstico para el crecimiento económico de Latinoamérica durante este año, el cual podría ser de 2,3% y resultaría insuficiente tanto para combatir la pobreza de la región como para generar más empleos. Aunque esta cifra ya resulta pesimista, las previsiones realizadas por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) son aún más bajas, puesto que calcula que la región registrará un aumento de la actividad económica de apenas 1,9%
Estas perspectivas económicas se ven influenciadas por la persistente falta de dinamismo en el crecimiento del comercio que se está viviendo a nivel mundial. A pesar de que se ha observado una disminución en la inflación, las tasas de interés en las principales economías desarrolladas no han seguido la misma tendencia, por lo que se mantienen en niveles elevados. Esta situación, según la CEPAL, limita el margen de maniobra de la política fiscal y monetaria en Latinoamérica para el año 2024.
Por otra parte, aunque la deuda pública ha experimentado reducciones en esta región, aún se mantiene en niveles considerables, lo que restringe el espacio fiscal. Estas condiciones son también una de las principales razones por las que la CEPAL proyecta un crecimiento moderado en la región. Además, se anticipa que los bancos centrales adoptarán una postura cautelosa con respecto a las tasas de interés, buscando así una normalización de la política monetaria. En comparación con la media de la inflación en los países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la región latinoamericana muestra cifras un poco más positivas, y se espera que los bancos centrales alcancen sus metas de inflación en países como Brasil, Chile, México y Perú.
¿Cuáles son los países latinoamericanos que más crecerán en 2024?
Según el Departamento de Asunto Económicos y Sociales de la ONU (DESA, por sus siglas en inglés), parte del bajo desempeño que tendrá la economía de Latinoamérica durante 2024 se debe a que caerá el Producto Interno Bruto (PIB) de sus principales motores.
En primer lugar, se anticipa que Brasil registre un crecimiento del 1,6%, marcando una desaceleración respecto al 3,1% alcanzado en 2023. México, por su parte, experimentaría un crecimiento del 2,3% en el presente año, comparado con el 3,5% registrado en el periodo anterior. En el caso de Argentina, se proyecta una contracción del -3,3%, acentuando la caída del -2,5% experimentada en 2023.
En contraposición con estos datos, las previsiones de DESA apuntan a que las economías de esta región que crecerán más serán las siguientes:
- Guyana, con una proyección de crecimiento del 25,5% para el 2024 y del 12,2% para 2025. La razón de que sea el país con mayor crecimiento es debido al “boom” que ha generado la exploración petrolera en esta nación sudamericana.
- Panamá y República Dominicana, ambos países con una proyección del 4,2%.
- Paraguay, con un 4%.
- Costa Rica, con un 3,7%.
- Honduras, con un 3,3%.
- Guatemala, con un 3,1%.
Aunque estas cifras son mayormente positivas, lo cierto es que las proyecciones de crecimiento para la economía de Latinoamérica podría cambiar drásticamente a lo largo del año, ya que se espera que la región reanude la trayectoria de bajo desempeño que se había observado antes de la crisis por la pandemia por COVID-19.
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Oportunidades en 2024
Pese a estos pronósticos desfavorables, se destaca la enorme oportunidad de generación de empleo a través de la transición verde en esta región, según Sebastián Nieto, líder para América Latina y el Caribe en el Centro de Desarrollo de la OCDE. Al invertir cerca del 3% del PIB en sectores verdes, se lograría no solo reducir las emisiones de dióxido de carbono, sino también generar empleo formal, lo que favorecería a la economía de Latinoamérica.
De acuerdo con investigaciones recientes, esta inversión podría aumentar en un 18% el empleo en la producción sostenible de alimentos y un 14% en el sector del transporte. Nieto enfatiza la importancia de una inversión focalizada, abarcando tanto el capital físico como el humano.
Además, destaca el respaldo político a esta agenda en varios gobiernos latinoamericanos, con acuerdos para utilizar y exportar recursos renovables con valor agregado. De igual manera, William Maloney, economista jefe en el Banco Mundial para la región de América Latina y el Caribe, resalta el potencial de la región, lo que incluye su matriz eléctrica limpia, reservas de minerales y la capacidad para generar hidrógeno verde. La clave radica en cómo se financiarán estas iniciativas para integrarse a la transición energética, lo que depende en gran medida de la voluntad de cada gobierno.
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Fuentes: BBC