La figura del Operador Logístico Autorizado (OLA) surge como una propuesta innovadora para dinamizar el sector logístico en países de América Latina, especialmente en aquellos con necesidades críticas de mejorar su competitividad y eficiencia en la logística. Inspirada en el modelo del Operador Económico Autorizado (OEA), el OLA busca implementar un marco de confianza y menor supervisión para empresas que demuestren altos niveles de cumplimiento normativo, facilitando sus operaciones en un entorno comercial cada vez más demandante y competitivo.
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¿Qué es el Operador Logístico Autorizado y por qué es necesario?
La necesidad de un Operador Logístico Autorizado surge de una inquietud común en la industria logística: la burocracia y los procesos administrativos. Javier Franco, experto en temas de logística y regulaciones aduaneras, señala que una de las quejas recurrentes del sector logístico es la gran cantidad de trámites que deben realizar ante diversas autoridades. Esto, más que un beneficio, genera una carga administrativa que afecta la efectividad del sector empresarial y desgasta el tejido industrial.
Franco argumenta que el modelo del OEA, que se basa en una confianza diferenciada por cumplimiento normativo en el ámbito aduanero, podría replicarse en el sector logístico con esta nueva figura. En este sentido, la creación del Operador Logístico Autorizado representaría una opción regulatoria para incentivar a las empresas de logística mediante una reducción de la supervisión en sus operaciones, siempre y cuando demuestren ser cumplidores de la normativa. La confianza generada en estos operadores autorizados no solo facilitaría la agilización de sus labores, sino que también aliviaría la carga de supervisión del Estado en empresas con un historial comprobado de buenas prácticas.
¿Cuáles son sus beneficios?
La propuesta del Operador Logístico Autorizado pretende aportar una serie de beneficios que impactarían directamente en la competitividad y eficiencia de las empresas logísticas y, en general, del comercio en el país. Entre los principales beneficios, se destacan los siguientes:
- Reducción de la supervisión y carga administrativa. Esta figura permitiría a las empresas reducir los controles e informes que deben presentar a las autoridades, lo que disminuiría la carga administrativa y permitiría un uso más eficiente de los recursos. Las empresas podrían destinar menos tiempo a cumplir con trámites y más a sus actividades operativas, lo que redundaría en mayores niveles de productividad.
- Agilización de operaciones. Al confiar en las empresas que cumplan con los estándares normativos y de calidad, el Estado podría agilizar sus procesos logísticos. Lo anterior implicaría tiempos de respuesta más rápidos y menos trámites burocráticos, optimizando el tiempo y mejorando la competitividad en mercados internacionales.
- Estímulo a la inversión en el sector logístico. La creación de esta figura podría incentivar a las empresas a invertir en el cumplimiento normativo y en procesos de optimización interna, pues se verían beneficiadas por el acceso a este sistema de menor supervisión. Este estímulo impulsaría el desarrollo de empresas logísticas nacionales, atrayendo más inversión y fortaleciendo el sector a nivel local e internacional.
- Alineación con la facilitación del comercio. Al reducir obstáculos operativos para las empresas logísticas, el Operador Logístico Autorizado también facilitaría el comercio exterior. Aunque el beneficio no es tributario de manera directa, una logística más eficiente en trámites internos y menos limitada por controles redundantes significaría que las exportaciones e importaciones pueden realizarse de manera más ágil y a menores costos.
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Desafíos normativos para su implementación
Si bien el concepto de esta figura tiene un gran potencial, su implementación enfrenta algunos desafíos, especialmente en el ámbito normativo. Según Javier Franco, uno de los problemas recurrentes en la creación de políticas en la región ha sido la resistencia a reformas normativas y la carga de requisitos adicionales que, lejos de facilitar, generan nuevas barreras. Esto se ve en el caso de la Infraestructura Logística Especializada (ILE) en Colombia, un proyecto que se esperaba ayudaría a dinamizar el sector, pero que ha levantado dudas sobre el verdadero alcance de la intervención del Estado.
Uno de los mayores desafíos para el Operador Logístico Autorizado será la necesidad de crear un marco normativo claro y efectivo que evite imponer requisitos y controles excesivos. Lo anterior significará un cambio en el enfoque regulatorio, donde la meta sea incentivar el cumplimiento normativo sin sobrecargar a las empresas logísticas con trámites o verificaciones que retrasen sus operaciones.
Su impacto en la competitividad y reactivación económica
La figura del Operador Logístico Autorizado podría ser una herramienta clave para mejorar la competitividad del sector logístico y, en general, la economía de los países que adopten esta medida. Una logística eficiente es un pilar fundamental para el crecimiento económico, especialmente en un mundo globalizado donde las cadenas de suministro juegan un papel central en el desarrollo de cualquier país.
Esta figura no solamente sería una medida para fomentar el crecimiento de la industria logística, sino también para hacer más eficientes las relaciones entre el sector privado y el público. En palabras de Franco, un país cuya logística no es eficiente enfrenta grandes desafíos para avanzar y es crucial que el Estado entienda la necesidad de estimular el sector mediante métodos que no generen trabas adicionales. Por ello, la figura de este operador puede ser vista como una estrategia para lograr un equilibrio entre el control estatal y la libertad operativa, creando así un entorno más favorable para la industria logística y para la reactivación económica en general.
En conclusión, la implementación del Operador Logístico Autorizado representaría una evolución en las políticas de facilitación del comercio, permitiendo a las empresas del sector logístico operar con menos trabas y trámites burocráticos. Sin embargo, para que esta figura sea efectiva, será necesario un cambio de enfoque en la normativa y en la forma en que el Estado regula e incentiva el sector, creando una sinergia positiva entre el sector público y privado.
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Fuente: Mundo Marítimo