La pandemia por COVID-19 trajo diversas complicaciones a la cadena de suministro debido a la suspensión de labores en este sector que generó una poca capacidad para atender el incremento desmesurado de la demanda. Aunque esta situación ha logrado normalizarse en meses recientes, lo cierto es que aún se atisban algunos efectos de esta crisis, como es el caso de la saturación aduanal que se vive en gran parte de México. Las consecuencias de esta situación son, principalmente, el retraso en la entrega de las mercancías al cliente final debido a la prolongada estadía en las aduanas, lo que a su vez incrementa los costos de logística y de inventario para las empresas dedicadas a la importación y exportación de productos.
Además, según señala Israel Morales, Director del Comité de Acuerdos y Tratados Comerciales de Index Nacional, esta saturación también trae efectos negativos para la economía mexicana, puesto que, de manera generalizada, dos horas de retraso del comercio exterior pueden llegar a costar alrededor de 450 millones de dólares.
¿Cuáles son las causas de la saturación aduanal en México?
Desde hace un par de años, y sobre todo a partir de la crisis sanitaria de 2020, la cadena de suministro mexicana ha enfrentado un grave problema que le impide realizar sus operaciones con normalidad: la falta de infraestructura adecuada y la poca capacidad de los proveedores logísticos están provocando una saturación aduanal en los principales puertos del país. Los efectos negativos de esta situación se hicieron más evidentes conforme aumentaban las operaciones de comercio exterior, puesto que comenzó a existir un exceso de tráfico de carga para el que las aduanas no estaban preparadas.
Pese a que la cadena de suministro se ha ido recuperando paulatinamente de la crisis sanitaria, lo cierto es que esta saturación aduanal aún continúa siendo un gran reto para el sector, ya que anteriormente el tiempo desde la descarga del contenedor hasta su salida de la aduana no implicaba más de 72 horas, pero actualmente estos tiempos se alargan de 7 a 15 días o hasta un mes.
Las razones de esta situación se relacionan con problemas de infraestructura. Por ejemplo, en el puerto de Manzanillo, uno de los más congestionados en la actualidad, recientemente se puso en renta un terreno que se utilizaba como patio regulador para los contenedores, por lo que ahora cuenta con una menor capacidad de carga. Además, el recinto portuario de Manzanillo sólo tiene una vía de acceso para el autotransporte, lo que ha generado que las unidades tarden más de 12 horas en recoger las mercancías.
Por otra parte, la aduana de Ensenada recientemente se saturó y provocó una fila de 14 horas para la descarga de los barcos, lo que se tradujo en pérdidas de 40 mil dólares por cada embarcación varada. La razón de esto es que se realizó un cambio en los esquemas para la atención de los ingresos de exportación y salidas de importación, lo que provocó un empalme en las operaciones y disminuyó considerablemente la eficiencia del puerto.
Por último, los puertos de Veracruz, Altamira, Tamaulipas y Lázaro Cárdenas también se enfrentan a dificultades, sobre todo en los últimos tres meses, debido a la falta de tecnología y la escasez de transporte para el movimiento de contenedores, lo que ha provocado una saturación aduanal sin precedentes.
Las afectaciones a la industria automotriz
Si bien los efectos negativos de esta situación pueden observarse en prácticamente cualquier sector, lo cierto es que la industria automotriz es especialmente susceptible a sufrir de estas consecuencias gracias al incremento de las importaciones de automóviles y motocicletas provenientes de Asia, lo que ha provocado una mayor saturación aduanal, sobre todo en el puerto de Lázaro Cárdenas.
La anterior situación también se deriva de los problemas relacionados con la infraestructura, puesto que la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) ha reportado que entre 15 mil a 20 mil unidades importadas se encuentran varadas en los patios aduaneros por la congestión y porque no se cuentan con las grúas necesarias para transportar los vehículos. Por este motivo, las empresas importadoras de estas cargas han registrado pérdidas de hasta 250 millones de dólares.
Por otra parte, Mitsubishi Motors enfrenta de 7 a 15 días para poder introducir sus unidades al territorio mexicano, en donde no solo se presenta la saturación aduanal, sino que también se suma a esta ineficiencia logística la escasez de personal en puerto de Lázaro Cárdenas y la falta de un carril exclusivo para la industria automotriz.
Ante esta situación, agentes navieros de todo el país han expresado que se requiere incrementar la inversión en la infraestructura portuaria nacional y en capacitaciones para el personal, ya que con esto se asegura que las mercancías sean despachadas en el menor tiempo posible.
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Fuentes: T21