El transporte marítimo es una de las piezas clave del comercio global, responsable de más del 80% del movimiento de mercancías en todo el mundo. Sin embargo, también es un sector con un alto impacto ambiental, ya que contribuye con el 3% de las emisiones globales de dióxido de carbono. Se estima que si no se toman medidas adecuadas, esta cifra podría dispararse hasta un 17% para 2050. Para contrarrestar este impacto, la industria ha comenzado a desarrollar soluciones sostenibles, entre ellas, los corredores verdes marítimos.
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¿Por qué son necesarios los corredores verdes marítimos?
Un corredor verde marítimo es una ruta de envío que conecta dos o más puertos en la que se despliegan barcos con cero emisiones de carbono, se desarrollan políticas públicas para incentivar la sostenibilidad y se establecen medidas para rastrear y reducir las emisiones. Su objetivo es demostrar la viabilidad del transporte marítimo sin carbono, facilitando así la transición hacia un modelo de operación más limpio en toda la industria.
El concepto de estos corredores se basa en el hecho de que la industria naviera necesita soluciones escalables para reducir su huella de carbono. Aunque actualmente existen tecnologías emergentes como el hidrógeno verde, el amoníaco y los combustibles sintéticos, estos aún enfrentan barreras de costos, producción y regulación. Los corredores verdes sirven como entornos de prueba donde estas tecnologías pueden implementarse de manera controlada, permitiendo la recopilación de datos y la optimización de procesos antes de expandirse a mayor escala.
Además de su impacto ambiental, estos corredores también generan beneficios económicos y estratégicos. Al posicionar ciertos puertos como centros de abastecimiento de combustibles limpios, se fomenta la inversión en infraestructura, se promueve la competitividad de las empresas y se reduce la dependencia de los combustibles fósiles tradicionales.
Desafíos en su implementación
A pesar de sus múltiples beneficios, la transición hacia corredores verdes marítimos enfrenta desafíos significativos. Uno de los principales obstáculos es la selección del tipo de combustible alternativo, ya que, pese a que actualmente existen varias opciones en desarrollo, lo cierto es que ninguna se ha establecido como la solución definitiva debido a sus limitaciones técnicas y económicas. Algunos de los principales candidatos incluyen:
- Metanol y amoníaco. Aunque son combustibles con potencial de bajas emisiones, presentan problemas de toxicidad y almacenamiento.
- Hidrógeno verde. Es una opción prometedora, pero su producción y distribución a gran escala aún requieren inversiones masivas.
- Biocombustibles y combustibles sintéticos. Son una alternativa viable, pero dependen de la disponibilidad de materias primas sostenibles y de un costo competitivo frente a los combustibles fósiles.
Asimismo, otro desafío clave es el llamado problema del huevo y la gallina. Por un lado, los operadores de barcos necesitan garantía de que habrá suficiente suministro de combustible limpio en los puertos antes de realizar inversiones en nuevas embarcaciones. Por el otro, los productores de combustible requieren demanda asegurada antes de construir infraestructura de producción y almacenamiento.
Los puertos, por su parte, también deben hacer frente a inversiones considerables en infraestructura y regulación. Para manejar combustibles alternativos, se necesitan instalaciones especializadas, protocolos de seguridad actualizados y capacitación para los trabajadores.
Finalmente, la viabilidad económica de los corredores verdes depende en gran medida de la disposición de los clientes a pagar más por el transporte sostenible. Aunque la conciencia sobre la importancia de la descarbonización está aumentando, muchos actores de la industria aún priorizan costos bajos sobre criterios ambientales.
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Los ejemplos más notables en el mundo
A pesar de estos desafíos, varios corredores marítimos verdes ya están en marcha, sirviendo como modelos para futuras implementaciones, entre los cuales se pueden destacar los siguientes:
- Corredor Verde Los Ángeles – Shanghái
En 2022, los puertos de Los Ángeles y Shanghái, en colaboración con diversas empresas y organizaciones, anunciaron la creación del primer corredor marítimo verde del mundo. Este proyecto tiene como objetivo descarbonizar el movimiento de mercancías entre los dos puertos más grandes de Estados Unidos y China, estableciendo un modelo replicable para futuras rutas sostenibles.
Este corredor es particularmente relevante porque conecta dos de las economías más grandes del mundo y opera en una de las rutas comerciales más intensivas en carbono. Se espera que sirva como un catalizador para la adopción de tecnologías limpias en la industria naviera global.
- Corredor Verde Róterdam – Singapur
Al igual que en el caso anterior, los puertos de Róterdam y Singapur han firmado recientemente un acuerdo para desarrollar un corredor marítimo verde centrado en la tecnología de abastecimiento de combustibles sostenibles. Singapur es uno de los principales hubs de abastecimiento de combustible en el mundo, y este corredor busca garantizar el suministro de combustibles alternativos para buques que transiten entre Europa y Asia.
- Corredor Verde Halifax – Hamburgo
Este corredor tiene como objetivo promover el uso de energía verde en la ruta entre Canadá y Alemania. Además de garantizar el abastecimiento de combustibles limpios, el proyecto se enfoca en alinear regulaciones, incentivos financieros y estándares de seguridad para facilitar la transición hacia el transporte sostenible.
- Red de Corredores Verdes en Chile
Chile ha lanzado una iniciativa para establecer un ecosistema de corredores marítimos verdes con el apoyo del gobierno y empresas como Maersk. El país busca aprovechar su potencial en la producción de hidrógeno verde para suministrar combustibles sostenibles a las rutas marítimas de la región.
En conclusión, los corredores verdes marítimos son una herramienta fundamental para la descarbonización del transporte marítimo. Aunque aún existen desafíos en la implementación de combustibles alternativos y en la inversión en infraestructura, estos corredores permiten probar soluciones en entornos controlados y acelerar la transición hacia una industria naviera más sostenible. Con el respaldo adecuado de políticas públicas y la cooperación internacional, la industria naviera podrá avanzar hacia un futuro de emisiones cero para 2050.
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Fuentes: c40